Una celebración en la que se quitó los zapatos hizo que el mundo viera que el jamaiquino no es cuidadoso
Quizás se encontró algo
vulnerable en Usain Bolt: no sabe mucho de bailes cosacos. Pero dénle
algo de tiempo y seguramente se convertirá en un experto.
Así lo demostró al celebrar y quitarse los zapatos dejando al descubierto también otra debilidad: sus maltratados pies.
En
la imagen se podían ver uñas incrustadas, juanetes y hasta hongos, una
evidencia clara del uso forzado de sus mejores armas, pero también una
muestra de descuido del atleta.
El
columnista de AS, Juanma Trueba, lo reflejó así: “El hombre más rápido
que jamás ha existido tiene juanetes, uñas de alimoche y los dedos de
los pies en formación percebe. Usain Bolt carece de muelles o de alas
como la diosa Niké (en ellas se inspira el logo de la empresa Nike, que
retiró la tilde divina de su marca registrada). Todo esto lo supimos
cuando el triple campeón mundial se descalzó para lanzar sus zapatillas
(Puma) al graderío. Quien imaginó dedos de pianista en sus pies
celestiales, protuberancias de aleación y gominola, equivocó la
composición. Bolt tiene unos pies vulgares, los mismos que podrían
asomar por cualquier sandalia de apóstol hippy”.
El
análisis de Trueba explica que de algún modo también es normal y
esperado este deterioro: “La incursión internáutica por el mundo
podológico (poco recomendable, aviso) nos confirma que su morfología
podal es absolutamente común. Si nos abstraemos de malformaciones y
amarillismos, concluiremos que Bolt tiene pies egipcios, con el dedo
gordo más avanzado y el resto en orden decreciente, como las estatuas de
los faraones y el 74% de la población erecta. Admitamos, no obstante,
una ligera deriva hacia el pie griego, aquel en el que el segundo dedo
es más largo que los demás, característica que se observa en las
estatuas clásicas y en escasísimos terrícolas (1%)”.
Y
cerró con esta frase: “Pero volvamos a Usain. La velocidad no está en
el neumático. Reside en el músculo, en el corazón y en las alas de Niké.
Perdón, quise decir Puma”.
Legado para la historia.
Pero la relevancia de Bolt no se ha dado por la “belleza” de sus pies
ni siquiera por su gran carisma: es simplemente una máquina de ganar
medallas y romper récords.
Como ha
hecho costumbre en el atletismo, el jamaiquino acaparó todas las miradas
en el Mundial de atletismo en Rusia. Un Bolt que no estaba en su
condición física óptima asumió a cabalidad su responsabilidad como el
hombre afiche del deporte y cumplió con lo que se propuso en la cita
disputada en el estadio Luzhniki. Llegó y se colgó las medallas de oro
en los 100, 200 y el relevo 4x100 para convertirse en el atleta varón
más laureado de los mundiales, dejando atrás a Carl Lewis.
Del
“Hijo del Viento” al “Rayo”, Bolt ahora acumula ocho preseas de oro y
dos de plata, contra los ocho oros, una de plata y un bronce de Lewis.
El futuro. ¿Que
sigue para Bolt? Lo más previsible que se tome con cautela la próxima
temporada, con el claro fin de evitar lesiones y así preparar el asalto
al próximo Mundial de 2015 -a disputarse en Beijing- y finalmente los
Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
“El
margen (para batir récords mundiales) es cada vez más cerrado. En la
próxima temporada intentará hacer todo lo posible de cuidarme de las
lesiones”, afirmó. “Mi gran objetivo es revalidar mis títulos en las
próximas olimpiadas, algo que nadie ha conseguido. Y para eso tengo que
estar totalmente concentrado. No puedo tomar riesgos”.
Si
Bolt logra mantenerse sano, sólo una verdadera catástrofe o demasiada
mala suerte le impediría agigantar su leyenda. Esencialmente, Bolt
compite contra sí mismo.
0 comentarios:
Publicar un comentario